hace 3 años solíamos ir con g. a una suerte de congregación cristiana, donde decía sentirse bien y que le gustaría lo acompañase. chilenos y extranjeros reunidos para interpretar libremente las enseñanza cristiana. gente linda y más importante, bien.
eso se transformó en una costumbre, una costumbre que no me simpatizaba del todo, había dejado todo hacía tiempo y sentía uqe me transortaba la inercia y un errado sentido de amistad hasta que apareció c. ahí la costumbre se transformó en espera. que los lunes y los jueves aparecieran rápido en mi calendario, me absorvió, era en actitud y exteriormente todo lo que he buscado, pero el contexto, la situación, todo conspiraba para un approach. g me dijo que debía aventurarme. que era claro que había más que buena onda. que al final no perdía nada.
fui un cobarde. y al final terminé alejandome de ahí. recuerdo que por esas mismas fechas c., amigo mio, estaba en trance similar. cómo descontextualizar a alguien para saber si las posibilidades son ciertas o son meras espectativas. tomabamos café sufriendo en el punto cero de santiago. por las penas y por lo malo del café. unos meses después y con ayuda externa logró su objetivo.
de mi parte por más que g. me ayudase , no era suficiente.
2 meses después g. corrobora lo que creíamos y yo me doy de cabezazos contra la primera muralla que hallé. ¿cómo lo ven?
ahora por qué este ejercicio de remembranza. simple, la frase del título fue gratuita, pero cuando me la robaron (sin animosidades si lees esto carlitos) simplemente tendí a pensar que quizás me encuentro en un estado de ansiedad similar al de aquellos días (de ahí el recuerdo) y que como aquellos días darse cuenta que hay alguien que piensa igual que tú es siempre reconfortante.
lunes, junio 19
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